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Soñé que moría...

Soñé que moría. Vi cómo muchas personas estaban tristes; vi cómo la gente me lloraba. Vi a mi mamá desgarrada junto a mi ataúd; vi que no podía con el dolor de ver que no respondía. Vi que nadie la calmaba porque, además, quienes más la podían calmar en una situación así —uno estaba en el ataúd y el otro estaba igual que ella—. Vi a mi hermano: vi que intentaba ser fuerte, vi que intentaba estar calmado por mis papás. Vi que Vanessa era su único apoyo y que nada funcionaba; vi que solo estaba muriendo por dentro. Vi a mi papá; vi cómo mis tías lo abrazaban, vi cómo mis tíos intentaban distraerlo, vi cómo sus amigos lo ayudaban; igualmente, solo lloraba. Vi a Catica; vi cómo lloraba y cómo Juan la ayudaba, cómo intentaba mantenerse y siguió a pesar de todo. Vi a Manu, a Sebas, a mis amigos y primos; vi cómo entre ellos intentaban soportar el dolor y se apoyaban para superar la situación. Vi que era triste que me fuera y me dolió el alma, pero también vi cómo siguieron con sus vidas, y m...

¿Que pasa?...

 ¿Y qué pasa si no sé lo que quiero? ¿Qué pasa si, cuando llegue ese momento que tanto he esperado, simplemente no sé cómo reaccionar? Si, llegado ese momento, el miedo al rechazo es mayor que la alegría de recibir lo que creo que sí merezco... ¿Qué pasa si, al final, todo es simplemente el efecto del autosabotaje, de muy en el fondo no sentirme merecedor? ¿Qué pasa si, al final, simplemente lo hago todo mal y quedo en la misma situación? ¿O simplemente... qué pasa si todo esto solo pasa en mi cabeza, pero en la realidad no merezco, no recibo y quedo solo?

Mi generación...

Mi generación es de transición: un poco de las viejas, que conocieron el internet siendo al menos adolescentes, y un poco de las nuevas, que nacieron con él. Soy de la última generación que buscó tareas en enciclopedias y de la primera que las buscó en la Encarta. Soy de la generación que vio nacer YouTube, cuando los videos que veíamos eran del Bananero y “Hola, yo soy Germán”. De la que enviaba ringtones por infrarrojo y usaba Bluetooth no solo para conectar audífonos. Soy de la última generación a la que los padres le ponían horario para volver de jugar en el parque, pero la primera a la que advirtieron que los videojuegos le iban a poner los ojos cuadrados.

¿Será?...

¿Acaso será correcto? ¿Será que de verdad no puedo avanzar si no la dejo? Pero, ¿cómo hago, si con ella era que quería avanzar en primera instancia? Entonces, ¿cómo hago? ¿Será que de verdad tengo que alejarme de ella? Pero hacer eso… ¿en qué terminará? ¿Será que al hacer eso puedo aceptar lo que la vida me quiere dar? ¿Será que no hay forma de avanzar con ella —como se entienda el "ella"—? ¿Será que no puedo? ¿Será que la vida intenta ponerme a prueba para ver si soy capaz de soltar? ¿O será que simplemente me hago el bobo y trato de dar explicaciones diferentes a la vida? No sé qué será...

Ansiedad, culpa ¿Dios?

Ya no sé si la ansiedad me la genera el trabajo, el estudio, las amistades o simplemente mi miedo a vivir. Cambié de trabajo, cambié de ambiente, paré mis estudios, y de todas formas siempre tengo problemas para estar bien. ¿Acaso no sé vivir diferente? ¿Qué tengo que hacer? ¿Por qué la vida no es tan fácil como simplemente tener un manual, como un computador o un celular? Simplemente que la vida te diga:  "- Presiona en tal parte si estás ansioso. -  ¿Estás ansioso por...? Si no sabes la respuesta, sigue leyendo.  - Ya determinamos a qué se debe tu ansiedad. Para solucionarlo solo tienes que hacer esto.  - Realizó su limpieza de ansiedad correctamente. Gracias por usar nuestros servicios." Pero no, la vida no es así de fácil, y pensar en lo complejo de ella genera aún más ansiedad. La misma que me genera la respuesta que nunca llegará, y que si llega, sé que no llenará lo que deseo, porque antes que nada: inconforme. Gracias, Dios. Me diste el paquete completo. Y, a...

Ser en peligro de extinción...

Acabo de ver en el metro algo que llamaré un ser en vía de extinción: una persona que estaba leyendo un libro y no viendo un teléfono. Una persona que estaba inmersa en las líneas que alguien había escrito, que solo pausaba su lectura para apoyarse y conseguir la estabilidad necesaria para volver a su libro. No logré ver qué leía, pero este ser estaba embelesado por lo que en el libro había. No quería perder ni un minuto de su vida sin saber qué pasaría a continuación en su lectura. Era admirable y, al mismo tiempo, triste. Me recordó mis primeros recuerdos en el metro, cuando ni en esta bella ciudad vivía. En esa época, los pequeños sentados iban asombrados por la grandeza de la ciudad, los jóvenes compartían entre ellos bromas e historias, y los adultos se veían leyendo libros, revistas, periódicos. Pero ahora ninguna generación se salva: los más grandes, después de años de criticar a los jóvenes por no soltar el teléfono, se unieron a ellos; los jóvenes tienen a otros al lado, pero ...

Pensamientos de hoy...

 No sé si en algún momento de verdad te lo volveré a decir. Ya fue bastante difícil hacerlo la primera vez… y también la segunda. Una tercera vez creo que sería demasiado, aunque dicen que la tercera es la vencida . Pero no lo sé. Siento que esta vez podría salir muy bien... o muy mal. Las cosas no son fáciles. La vida no es fácil de leer, y las personas cambian constantemente. Eso hace que no sepa cómo actuar con ellas. Siento que sos demasiado buena, que me tratás como me tratás porque me querés y porque, simplemente, sos un ser humano increíble. Que sos así con todos. Pero hay momentos en los que siento que me tratás diferente. Siento que me ves diferente. Siento que sos diferente conmigo. Y eso me confunde. Porque no sé si es solo una idea mía… o si es mi realidad. No sé qué hacer. No sé cómo tratarte, cómo mirarte, cómo sentirme con vos. Solo quiero que sepas todo esto. Y también mucho más que podría decirte sobre cómo me siento. Pero, sinceramente, no sé si quie...