Pensamientos de algunos días

 —¿Y los amas? —Sí, pero no de la misma manera. Por todos siento un amor diferente, profundo y complejo. A todos los amo. —¿Cómo es eso? —A (S) la amo más que a nadie. Nunca sentí algo igual por nadie, y creo que será difícil sentirlo nuevamente. Pero todo ese amor cambió. Ahora no la veo como esa persona con quien quiero pasar mi vida, sino como alguien cuya compañía valoro profundamente, aunque, si se va... lo aceptaría. A (C) la amo como a una hermana. Siempre quise tener una hermana, alguien a quien cuidar, alguien a quien proteger. Eso veo en ella: alguien a quien apoyar, alguien por quien me preocupo, alguien a quien quiero ver feliz desde el fondo de mi alma. A (M)... no sé si lo que siento es amor, pero es algo muy profundo. Ella es la persona en la que pienso cuando me hablan del amor. Cuando me preguntan si me gusta alguien, es ella. Es la persona que, con un mensaje, me hace sentir algo indescriptible. Cuando me habla, no puedo evitar pensar en lo hermosa que es y en cuá...

 —¿Por qué lo haces? —¿Qué cosa? —Seguir ahí. Si ya te dijeron que no, que no es necesario, incluso te ignoran, no te dan un lugar. ¿Por qué sigues preocupándote, queriendo estar? —Porque yo también he estado ahí. En ese lugar donde no quieres hablar con nadie, donde rechazas a todos porque duele demasiado y no sabes cómo lidiar con eso. Cuando he estado ahí, siempre he deseado que alguien me pregunte, que insista, aunque sea incómodo. A veces es necesario. —¿Aunque te veas desesperante? —Sí. Prefiero caer mal por intentarlo que quedarme quieto. En los malos momentos hay pocos que se quedan, y lo sé... Por eso quiero estar. Porque siento que, tal vez, me necesita. —¿Y si no? ¿Y si realmente no quiere hablar contigo? —Entonces estoy listo para que me lo diga. Que me eche fuera si quiere, aunque sea con rabia o desprecio. Pero al menos habré provocado algo... Algo que tal vez le ayude a soltar lo que lleva dentro. —¿Y no temes lastimarte más? Ya estás mal, ¿no? —Quizá sí, pero saber ...